Reflexionando sobre la opinión
pública que se tiene acerca de la situación actual de mi país natal Venezuela, me
viene a la mente una de las leyes Universales:
La Ley de la Polaridad:
“Todo es
doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los
antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero
diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son medias
verdades, todas las paradojas pueden reconciliarse.”:
Sin embargo, en el colectivo (lo
que está programado en el inconsciente colectivo) solo se percibe que todo es
doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos y nada más.
Y es que bajo esa ilusoria y limitada
percepción de la Ley Universal in comento, Venezuela se percibe empobrecida, arruinada,
fracasada, fracturada, dividida en dos bandos: los que están a favor del
Gobierno, etiquetados por el mismo colectivo como “Chavistas” y los que se
oponen al mismo, llamados “escuálidos” , estos últimos en resistencia
permanente ante todas las medidas y estrategias que asume la gestión del
Gobierno.
Esta percepción de la realidad ha
enfrentado a la sociedad que responde a la programación del inconsciente colectivo, en una guerra entre ambos bandos que
en su afán de tener la razón, no han
escatimado en engaños, traiciones, agresiones, manipulaciones, resistencias,
rechazos, odio, racismo, clasismo, que han minado hasta las relaciones
familiares, amistades, incluso las más íntimas, sumado a una migración masiva
de venezolanos a otros países del mundo, lo que también ha separado a numerosas
familias.