Navegando en aguas tranquilas en la compañía de mi
Espíritu, viajaba yo en un viejo bote, dejando que la espesa niebla tocara mi
rostro.
No sentía frío, calor ni miedo, no tenía un destino
de llegada en particular, lo único que
hacía era observar con atención y disfrutar aquella singular sensación de paz y
certeza.
En medio de las aguas, llegué a una puerta
antecedida por un camino seco, donde había unas piedras que guiaban los pasos hacia
su oscuro interior.
Ese resultó ser el último camino de un nivel que
dio paso a una etapa superior y esa era la entrada del templo donde me encontré
con la Divinidad, con ese SER Luminoso, que irradia una energía
sanadora, transmutadora capaz de elevar y transformar la vibración de todo lo
que lo rodea, ese que trasciende a toda circunstancia porque ama
incondicionalmente, con el conocimiento de que el tiempo y el espacio son una
ilusión.
Al principio sentí miedo de acercarme porque me creía
indigna de su presencia…
Estando allí, mi mente fue intersectada por la remembranza
de mi vida desde la infancia, pero esta esta vez libre de cargas emocionales
añadidas me abracé con la niña, la joven, la mujer que siempre se ha sentido
distinta, incomprendida, en una permanente búsqueda de respuestas ya que
siempre había sentido que no pertenecía a ningún lugar…
Fue el amor de ese Ser Todopoderoso, lo que me
permitió darme cuenta del sentido y propósito que tiene mi existencia, y fue
así que ese gran Poder que yacía latente se manifestó porque es el momento de
la Acción, de la Integración que está dando lugar a una vibración tan sutil
como nunca antes ha experimentado este planeta.
Gran parte de la humanidad ignora su origen cósmico,
divino y su poder creador. La mayoría sostiene la creencia de que “alguien
malo” creó la oscuridad y el mal, contra el que han luchado en toda la historia
planetaria, sin darse cuenta que son sus propias creaciones mentales, aquellas que
realizan a través de sus pensamientos, palabras y obras las que han creado
legiones de egregores (energía creada y mantenida por pensamientos negativos) que vibran en baja frecuencia, quienes toman
distintas formas porque igualmente son energías libres que también transitarán su
proceso evolutivo.
No hay que luchar con otros a quienes creemos
“malos”, hay que tomar conciencia de que somos imagen y semejanza del Creador de Todo lo que es , somos Todopoderosos, dotados de pensamiento creador y albedrío para manifestar alta o baja vibración
energética según sea nuestra elección y al reconocer las sombras que
hemos creado podemos aceptarla, integrarla y transmutarla.
Por fin solté, integré y transmuté todos los bloqueos que me impedían conectarme con ese Ser Magestuoso que finalmente
descubrí que soy Yo, y comprendí que todas esas arduas experiencias de vida, fueron parte de
una preparación necesaria ya que el “miedo”, es el guardián del templo que
solo me permitiría el paso cuando estuviera lista para amar, aceptar y asumir
la responsabilidad incondicionalmente de la energía universal que soy, poseo y
emano en Unicidad con la Fuente.
Estaba aprendiendo a SER, pero...
...Ahora Yo Soy!!!
Sol Galáctico.